La obra “San Francisco de Asís” de Salzillo, invitada en el museo
- La escultura procede de la parroquia San Miguel Arcángel de Murcia y ha sido prestada por su párroco, don Alfonso Alburquerque, a iniciativa de las asociaciones belenistas de Fuente Álamo y ´José de Nazaret´ de La Arboleja.
- La talla es obra de Francisco Salzillo y su visita al Museo pretende conmemorar el DCCC aniversario de la representación del Nacimiento de Jesús en 1223 en Greccio (Italia) por parte del propio San Francisco de Asís
En la mañana del 1 de diciembre ha tenido lugar en la Iglesia de Jesús de Murcia la presentación de “San Francisco de Asís, obra invitada”, acto que da el pistoletazo de salida a la programación de la misma para esta Navidad de 2023.
Así, y con motivo del DCCC aniversario de la primera representación navideña en forma de belén (concretamente de un nacimiento) por parte de San Francisco de Asís en la ciudad de Greccio (Italia), recibimos en el Museo Salzillo procedente de la parroquia de San Miguel Arcángel de Murcia la talla autoría de Francisco Salzillo y que representa al santo.
De este modo, estará situada junto al belén de Salzillo para el disfrute de los visitantes y hasta el próximo mes de febrero.
La acción está comisariada por las asociaciones belenistas de Fuente Álamo y ´San José de Nazaret´ de La Arboleja (Murcia), cuya iniciativa ha hecho posible el préstamo de la imagen por parte del párroco de San Miguel, don Alfonso Alburquerque, al cual agrademos su generosidad.
En el acto de presentación han estado presentes María Teresa Marín Torres (Directora del Museo Salzillo), Emilio Llamas (Presidente de la Comisión Ejecutiva del Museo Salzillo y de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno) así como el Concejal de Cultura e Identidad del Ayuntamiento de Murcia, Diego Avilés y el párroco de San Miguel, Alfonso Alburquerque.
La talla muy probablemente corresponde a los primeros años de la producción de Salzillo y en ella configura una escultura de tamaño menor al natural, mostrando al santo inhiesto, en actitud contemplativa, observando con gran arrobo místico el Crucifijo que mantiene alzado en su mano izquierda.
El artista murciano resuelve la composición con un acentuado dinamismo que aligera el movimiento y la disposición contrapuesta de los brazos extendidos le permite sacudir la figura con una elegancia flexible de ritmo ascendente que culmina en el rostro cuya mirada se eleva a la cruz, acentuando su sobriedad por la ausencia de estofado en el sayal franciscano que viste.
