Los pasos
Los pasos que Francisco Salzillo hiciera para la Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús son conservados y venerados en la iglesia primitiva del mismo nombre. En cada capilla se sitúa un paso que representa una escena de la Pasión, un Misterio, como tablaux vivants de cada uno de los episodios acaecidos hasta el camino del Calvario.
- La Cena. El paso de la Cena nos lleva al Evangelio de San Juan, cuando Cristo anuncia la traición y, con sus palabras crea un clima de estupor, un juego de tensiones y expresiones en cada uno de los apóstoles en torno a la mesa.
- La Oración en el huerto. El paso de la Oración es uno de los conjuntos más representativos del barroco español, por su calidad y novedad compositiva e iconográfica. Recoge el momento en que Jesús se retira con Pedro, Santiago y Juan al huerto de Getsemaní, y es consolado por un ángel con las alas aún desplegadas que acaba de posarse en la tierra.
- El Prendimiento. El Beso o el Prendimiento está compuesto por dos escenas fundamentales. La primera representa a un Judas infiel, de rasgos demoníacos, como es propio de la fisiognomía moralizadora del barroco, que besa a un Cristo majestuoso y sereno. En la segunda San Pedro ha derribado a un suplicante Malco.
- Los Azotes. El de la Flagelación o Azotes fue realizado por Salzillo en 1777, al final de su vida. La serenidad de la figura de Cristo contrasta con la brutalidad de los sayones.
- La Verónica. Como dama contemporánea el canon es el propio de Salzillo, de acuerdo a una estructura dimensional de la imagen resuelta en proporciones medianas, un módulo propio de la cultura rococó. Artistas murcianos han ido regalando paños a la Verónica a lo largo del tiempo.
- La Caída. Fue encargada por Joaquín Riquelme a Salzillo en 1752. Fue el paso que definitivamente convenció a la cofradía de la necesidad de la renovación de todo el cortejo escultórico. Su éxito se explica por su difícil composición, eje lateral, fuerte expresividad y movimiento, así como por la gran calidad de las figuras.
- San Juan. Es el modelo ideal de la escultura barroca española del siglo XVIII por su perfecta unidad de forma y color y fue ejecutado como La Verónica en torno al año 1755.
- La Dolorosa. Fue realizada en 1756. Es una imagen de vestir, por lo que Salzillo se concentró en el rostro, que debía expresar el profundo dolor y amargura ante el destino. Con sus brazos abiertos, mirada desconsolada dirigida hacia el cielo, pálidas carnaciones y lágrimas de cristal, se acentuaba el dramatismo de la figura.
- Nuestro Padre Jesús Nazareno. Es el titular de la Real y Muy Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Según la tradición fue traída de Italia por el padre agustino Butrón y su origen ha estado siempre envuelto de leyenda. Es, por tanto, la única imagen que no pertenece al maestro Francisco Salzillo.