Retratos de Salzillo
Un retrato de Salzillo, realizado por Juan Albacete, da la bienvenida a los visitantes. Académico e idealizado, el escultor es representado a la usanza del siglo XIX y sostiene en sus manos un pequeño boceto en barro. Estaría basado en el considerado tradicionalmente como autorretrato del artista, del que era propietario el Conde de Roche: un dibujo a lápiz en el que aparece todavía joven y de medio cuerpo y en el que, posteriormente, se habría añadido en la casaca la venera de la Inquisición. La Cofradía conserva una postal del fotógrafo Almagro de este retrato, que hace pareja con otro dibujo de Juana Vallejos, la esposa del escultor.
Realmente el retrato más cercano a su tiempo se conserva en la Biblioteca Nacional y fue realizado por el pintor Joaquín Campos, contemporáneo de Salzillo y compañero suyo en la Escuela Patriótica de Dibujo. Lleva un pañuelo en la cabeza, un tocado a la usanza huertana y con lo que serían las ropas de taller, una versión hogareña del artista, anciano y enflaquecido, como la ha descrito Pardo Canalís.